Un asentamiento humano o barrio informal, se caracteriza por ser un lugar que se configura a partir del establecimiento de una persona o una comunidad fuera del margen reglamentado o las normas que establecen las autoridades encargadas del ordenamiento urbano. Las viviendas que lo conforman son construidas en condiciones precarias, debido a las condiciones económicas, sociales y culturales, que atraviesa cada individuo o familia que se asienta en un lugar. A partir de estas construcciones se expanden los bordes de la ciudad, traduciéndose a terrenos marginados ubicados en los límites de las zonas urbanas.
Son el producto de la necesidad urgente de obtención de vivienda de las comunidades urbanas en situación de pobreza o campesinos que emigran a la ciudad con poco dinero para pagar por una vivienda construida de manera legal o pagar el alquiler de algún espacio; recurriendo entonces a la construcción subnormal, es decir, que no cumple con las condiciones optimas para garantizar calidad de vida, incluso algunos están ubicados en zonas de riesgo y no pueden ser habitados aunque tuvieran permiso para construir, porque están sujetas a la degradación ambiental y peligros, por su carencia de planificación y diseño urbano, además del acelerado crecimiento.
Sus residentes se encuentran bajo un estado permanente de inseguridad social ya que viven en terrenos sin el consentimiento de sus auténticos dueños y están sujetos a amenazas de desalojo y la negación de los servicios municipales tales como agua potable, recolección de basura, drenaje pluvial, pavimentación de calles y transporte público, e iluminación, entre otros. Las viviendas carecen de infraestructura y /o servicios básicos tales como agua potable, alcantarillado, electricidad, cuando nacen; con el paso del tiempo se van dotando de estos servicios a partir de la auto-construcción y cooperación comunitaria.
Las construcciones subnormales se generan cuando la administración local y las autoridades de desarrollo urbano no pueden tratar las necesidades de la comunidad entera. Estas áreas se caracterizan por poseer un nivel rápido de desarrollo, no estructurado y no planeado. Normalmente los asentamientos humanos tienen una estructura organizacional definida, encabezada por líderes comunitarios. Esta forma de organizarse y ser representados es una medida que crean un medio de protección ante las presiones de las autoridades locales, que están en contra de su situación informal y puede llevar a la mayoría de los casos al desalojo. La organización de un asentamiento se lleva a cabo mediante la generación de una relación de solidaridad entre sus vecinos.
Los residentes normalmente carecen de suficiente preparación educativa y por lo tanto no es común que estén dentro de las actividades económicas formales o al nivel del mercado laboral aledaño.
Es allí donde la desigualdad social es clara y el desinterés por parte del estado de garantizar el derecho a una vivienda a estas personas que son vulnerables desde el momento en que deciden fabricarse su vivienda y no vagar en las calles.
El acceso al equipamiento urbano tal como escuelas, clínicas, y atención social está muy limitado. El espacio público abierto puede ser inseguro e insuficiente para las necesidades de la comunidad. Finalmente, la disparidad visible entre los asentamientos irregulares y las áreas circundantes puede llevar a tensiones sociales y generar crimen. Estos mismos factores también pueden incrementar la exclusión social y económica.
Para ciudades como Armenia donde la construcción de edificaciones para la vivienda, están pensadas para personas con la suficiente capacidad económica y por ende el libre acceso a proyectos de cualquier índole que comprometan vivienda; y con el auge del turismo, se generan enormes brechas de exclusión por parte de los habitantes de los barrios legales aledaños y la administración municipal, porque pocas soluciones han dado a estas poblaciones que se debaten entre la pobreza, la vulnerabilidad por que no suplen si quiera sus necesidades básicas diarias