Tras el terremoto de 1999, cientos de personas en el departamento del Quindío se quedaron sin hogar y necesitaban buscar un refugio. La administración en cada uno de los doce municipios que lo comprenden censa a las familias afectadas y con apoyo de entidades del Gobierno Nacional y ONG´s, entregaron subsidios de vivienda a los afectados.
En la ciudad de Armenia las familias que lo perdieron todo fueron organizados en Asentamientos Humanos y meses después les entregaron un documento bajo el título de “carta de arrendamiento” para postularse a un proyecto de vivienda. Los líderes de uno de estos asentamientos se reúnen para diseñar una propuesta estructural, teniendo en cuenta las necesidades que presentaban, y así consiguieron que 502 familias que se encontraban en situación vulnerable debido al desastre natural, pudieran tener de nuevo una vivienda. De esta manera nacería el barrio Ciudadela Nuevo Armenia.
La figura jurídica que utilizaron para ello fue la de una OPV (Organización Popular de Vivienda). Para materializar la construcción del barrio debían de demostrar que existía un lugar viable para ello y que estuviera ubicado cerca de un centro de salud, una institución educativa y permitiera la construcción de parques infantiles.
Las personas que se acogieron al programa provenían de barrios que habían quedado bajo los escombros como El Santafé, Santander, Ciudad Dorada, La Nueva libertad entre otros.
El proyecto se presentó a una serie de constructoras en convenio con el FOREC (Fondo para la Reconstrucción y el Desarrollo Social del Eje cafetero) donde concursarían para llevar a cabo la obra; la licitación la ganó la constructora Moducasas y Remolina Asociadas, pasando entonces a construir viviendas de veintiún metros cuadrados cada una, y después de cinco años cada beneficiario podría realizar las modificaciones y mejoras en la construcción.
Este proceso también acompañó la búsqueda de un lote, comprando una parte de una vereda a las afueras de la ciudad.
La vereda en el año de 1968 se llamaba La Cabala, pero para el año de 1995 sus propietarios Ernesto Gálvez Vargas y Ana Delia Correal, compran y registran en la Notaria Segunda de la ciudad de Armenia, con el nombre de La Isabella. La constructora a traves de la OPV compró 1.200 metros cuadrados, dividido en tres etapas, donde 300 metros no eran aptos para construir vivienda y los asignaron a las familias para la siembra, cerca de un nacimiento de agua, quebrada La Cristalina.
Albeiro Flórez, Juan Carlos Martínez y Sara Ruíz fueron los fundadores del barrio, pero, se dice que Juan Carlos se aprovechó de su posición y vendió de manera ilegal y sin consentimiento de las familias de la ciudadela estos terrenos, además de quedarse con el dinero. Sus actos dieron lugar al nacimiento del fenómeno más polémico en las periferias de la ciudad de Armenia: la “mafia de los lotes”.
Personas propias o ajenas a las comunidades, venden ilícitamente terrenos a personas naturales para la construcción de vivienda, dadas las particularidades; suelen ser familias en condición de desplazamiento, numerosas, a cargo de niños, ancianos y mujeres madres cabeza de familia.
La administración municipal se enteró, pero la comunidad no quiso dar testimonio de la situación, al parecer Juan Carlos, conocido como “Roba pollos” era un hombre peligroso. Los habitantes del asentamiento se enteraron de la situación de ilegalidad en la que se encontraban sus viviendas, cuando solicitaron la legalización del barrio.
Entraron en conflicto con los habitantes del barrio Ciudadela Nuevo Armenia, porque empezaron a reclamar los terrenos después de llevar más de diez años ocupando el espacio que alguno de ellos también habían vendido, y sin documentación que soportará esto o tan sólo respaldado con la figura de una escritura protocolaria, que si bien la autentican las notarias, frente a la ley no tiene ninguna validez, solo es válida la escritura pública.
Esta situación los condujo a buscar la legalización y enterarse de que los habían engañado y no tenían derecho sobre la tierra y vivienda que ocupaban junto al barrio y evidenció la administración municipal de que algunas familias beneficiarias del proyecto de vivienda: Ciudadela Nuevo Armenia habían vendido sus casas y se habían pasado a vivir al asentamiento, convirtiéndose en otra de las situaciones que generó inconvenientes al interior de la comunidad.
Pero, lo más complejo de esta situación es que pese a que la administración municipal esta enterada de esta y otra situaciones a lo largo de los asentamientos humanos en la ciudad desde el año 2012, dice encontrarse adelantando las investigaciones pertinentes pero hasta el momento se desconocen los resultados. Los habitantes de la ciudadela Nuevo Armenia han solicitado en varias ocasiones que se realice un censo para determinar las condiciones en las que se encuentra cada familia, cuántas personas son e identificar entonces quienes se han aprovechado de su condición de ilegalidad para habitar también el espacio a sabiendas de que tiene vivienda propia. Aún no lo ha hecho, la misma comunidad de manera manual lo ha venido haciendo.
Fichas Catastrales del predio donde esta ubicado el Asentamiento Humano Nuevo Armenia